martes, 21 de septiembre de 2010

¿ Sabías que hubo velezanos exterminados en los campos de concentración nacis ?

Españoles antifascistas saludan a las fuerzas de liberación


LISTA DE VELEZANOS EXTERMINADOS EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZI DURANTE LA 2ª
GUERRA MUNDIAL

Manuel Campo Ruzafa; Vélez Blanco; 07-11-41; Gussen
Antonio Heredia Román; Vélez Rubio; 25-10-41; Gussen
Francisco Andrés Jordán; Vélez Rubio; 29-09-41; Gussen
Francisco Huertas Martínez; Vélez Rubio; 08-02-42; Gussen
Francisco Sánchez García; Vélez Rubio; 05-04-41; Gussen
Gregorio Cayuela Simón; Vélez Rubio; 07-04-41; Gussen
José Caballero Vélez; Vélez Rubio; 15-05-41; Gussen


ANDALUCES EXTERMINADOS EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZI DURANTE LA 2ª
GUERRA MUNDIAL

“Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras”. Con
estas emotivas palabras inscritas en una pancarta, un grupo de prisioneros
republicanos supervivientes del campo de concentración de Mauthausen,
situado en la alta Austria, recibían el 5 de mayo de 1945 a las tropas de
liberación aliadas.
En otros campos de Europa Central y del Este, se le daba la bienvenida al
Ejército Rojo.
Mauthausen, situado en la cima de una colina, en el corazón del valle del
Danubio, y distante 6 kilómetros de la población del mismo nombre,
ostenta, sesenta años más tarde, el lamentable registro de ser conocido
como el campo de los españoles. Siete mil doscientos (7.200) republicanos
españoles fueron internados en dicho campo; el resto de prisioneros,
quince mil (15.000), fueron asignados a otros campos de exterminio
dirigidos por el nazismo.
Mauthausen comenzó a ser construido tras la anexión de Austria por parte
de Alemania, en marzo de 1938. Meses más tarde, el 8 de agosto de 1938,
era una realidad. Su principal finalidad como campo de trabajo fue el
aprovechamiento de las canteras de Wiener Graben, próximas al mismo, y que
durante décadas habían dado vistosidad a los pavimentos de las principales
ciudades austriacas.
El inicio de la Segunda Guerra Mundial puso en marcha la maquinaria
militar alemana, a la que acompañó la puesta en práctica de la política
nazi antisemita, dirigida por Hitler, que progresivamente fue
extendiéndose hacia otros colectivos de prisioneros, como ocurriría con
los republicanos españoles víctimas del exilio provocado por la
finalización de la Guerra Civil, situación que conllevaría la partida
hacia territorio francés de más de 450.000 refugiados pertenecientes a un
amplio espectro social.
Milicianos, intelectuales, políticos y familias completas que,
inmediatamente, fueron recluidos por las autoridades francesas en un
conjunto de campos de reclusión que adolecían de las mínimas condiciones
de salubridad e higiene, y donde murieron unos 35.000 españoles: Argelés
Sur Mer, Venet, St.Cyprien, Barcarés en el sureste francés, junto a la
costa mediterránea, o Gurs, Vernet D’ariege y Septfonds, en el interior.
Amargos recuerdos conviven, aún hoy día, con los exiliados que sufrieron
las duras consecuencias de esta forzada estancia, y que el transcurso de
los acontecimientos los haría ser trasladados a campos como Mauthausen.
En abril de 1939, el Gobierno francés ofreció la posibilidad de abandonar
los campos con la condición de poseer un puesto regulado de trabajo,
inscribirse en la milicia -principalmente en la legión extranjera- o
trabajar en las construcciones defensivas del país, ante la eventualidad
de un conflicto bélico -línea maginot-.
El comienzo de la confrontación militar con Alemania, y la posterior
derrota francesa, supuso la captura por parte de estos últimos de
importantes contingentes de prisioneros españoles que fueron trasladados
de inmediato a los campos de concentración, con plena condescendencia por
parte de la dictadura franquista, convirtiendo a los prisioneros en
apátridas. Mauthausen fue el elegido para los republicanos españoles.
Sobre el rayado uniforme de presidiario, un triángulo azul y una S de
spanier los identificaban. Al traspasar el umbral de entrada al campo,
presidida por la figura de un águila con las alas extendidas a modo de
friso sobre la puerta principal, figuraban unas frases que reflejaban toda
una declaración de intenciones: “vosotros, que entráis, dejad aquí toda
esperanza”.
Esperanza que se desvaneció progresivamente ante la dureza de las
condiciones infrahumanas a que fueron sometidos los prisioneros. El
trabajo en las canteras fue reservado para los más fuertes. Las piedras de
10 a 30 kilogramos -igualaban en peso a muchos de los presos- eran subidas
individualmente por la famosa escalera de 186 peldaños que coronaba el
campo, y donde muchos dejaron su vida.
Mauthausen fue considerado por los nazis un campo de tercera, es decir, de
exterminio. En sus aledaños se construyó el subcampo de Gusen, situado a 5
kilómetros, donde los testimonios de algunos testigos aseguran que el
exterminio humano tuvo mayores consecuencias debido a que la función de
Gusen se basaba en recepcionar a los prisioneros que habían dejado de ser
útiles en las canteras, por lo que eran eliminados con suma celeridad.
4.800 españoles murieron en Mauthausen, entre ellos 905 andaluces .Según los datos cotejados hasta el momento -hay importantes
carencias para desarrollar las investigaciones, debido a la falta de
documentación, por lo que se manejan cifras provisionales, 5.741 españoles
-datados- pertenecientes a 2.219 poblaciones de nuestra geografía, fueron
deportados a Mauthausen; 905 andaluces pertenecientes a 322 municipios de
Andalucía, en su mayoría soldados que habían defendido la legitimidad de
la República durante la Guerra Civil, y que el estrangulamiento del frente
hacia Cataluña, en enero de 1939, los había obligado a cruzar la frontera
hacia Francia, iniciando una diáspora que acompañaría al exilio español y
que estuvo marcada por la sinrazón y el abandono.

No hay comentarios: